Los 36 tipos de queso más deliciosos del mundo
El mundo del queso es un universo por explorar: cada cuchillo que corta una cuña revela historia, técnica, terroir y sabor. Si estás aquí, es porque te apasiona ese momento en que lo pruebas y piensas “esto es otra liga”.
Descubre 36 tipos de queso para disfrutar y compartir. ¿Listo para afilar el paladar?
Quesos frescos
Los quesos frescos son el punto de partida ideal para quienes se adentran en el mundo quesero. Elaborados a partir de leche coagulada sin maduración, conservan una textura húmeda, sabor suave y un alto contenido en agua.
Son perfectos para platos fríos, tostadas, ensaladas o incluso postres. En su simpleza reside su encanto: permiten apreciar el sabor puro de la leche con notas dulces y ácidas muy sutiles.

Mozzarella
Conocido mundialmente por su uso en pizzas, la mozzarella también brilla por sí sola. Su textura elástica, su sabor lechoso y su ligereza lo convierten en un acompañante ideal para tomates, albahaca y aceite de oliva virgen extra en una clásica caprese.
Ricotta
Este queso de suero, de sabor ligeramente dulce y textura granulada, es extremadamente versátil. Puede formar parte de rellenos de pasta como raviolis o lasañas, pero también va fenomenal con fruta fresca o un poco de miel para un desayuno diferente.
Queso fresco español
En España también hay tradición quesera en el terreno fresco. El queso fresco de vaca o mezcla es ligero, bajo en sal y grasa, y excelente para dietas saludables.
En Canarias, el queso fresco de cabra es un manjar por derecho propio, a menudo asado con mojo como acompañamiento estrella.
Quesos de pasta blanda
La pasta blanda marca un paso más en intensidad y cremosidad. Aunque son quesos aún jóvenes, algunos pasan por procesos de maduración corta o corteza enmohecida, lo que les da una textura fundente y sabores más complejos.
Son el alma de muchas tablas de aperitivos y funcionan de maravilla con frutas, mermeladas o nueces.

Brie
Este queso francés tiene una corteza blanca comestible de moho Penicillium camemberti que protege su interior suave y untuoso. Su sabor es mantecoso, con notas de setas y frutos secos. Una cuña de Brie bien afinado se derrite en la boca y eleva cualquier tabla.
Camembert
Primo del Brie, pero con más personalidad. El Camembert tiene una textura sedosa y un sabor más terroso. A medida que madura, desarrolla un aroma más intenso, lo que lo convierte en una opción para quienes buscan algo con más carácter sin llegar al azul.
Tetilla
El queso tetilla es una de las joyas más emblemáticas de Galicia, conocido por su forma cónica suave y su textura tierna. Su pasta es cremosa, ligeramente elástica y con un sabor delicado que recuerda a leche fresca con un punto ácido muy agradable.
Es ideal para quienes prefieren quesos suaves y está especialmente rico fundido, en bocadillos o acompañado de miel y membrillo. Su versatilidad lo convierte en un imprescindible para cualquier tabla equilibrada.
Pérail
Originario de la región francesa del Aveyron, el Pérail es un queso pequeño, redondo y tremendamente cremoso elaborado con leche de oveja. Su corteza fina y su interior casi líquido hacen que se derrita en el paladar.
Su sabor es delicado pero profundo, con notas florales y un toque animal característico de la leche de oveja. Es perfecto para untar sobre pan crujiente y marida fenomenal con vinos blancos afrutados o espumosos.
Morbier
El Morbier llama la atención por su famosa línea de ceniza que divide el queso en dos capas. Esa franja nace de una tradición ancestral en la que se protegía la cuajada nocturna con ceniza hasta añadir la fresca de la mañana.
Su textura es suave, ligeramente elástica y su sabor combina notas lácticas dulces con un ligero toque ahumado y afrutado. Es un queso perfecto para quienes buscan algo diferente sin irse a sabores demasiado fuertes.
Carré d’ Aurillac
Este queso francés de pasta blanda y corteza lavada posee un aroma intenso, ligeramente animal, pero mantiene un interior suave, untuoso y muy equilibrado. Su sabor tiene matices a mantequilla, frutos secos y un punto afrutado que lo hace especialmente rico cuando se deja atemperar antes de consumir.
Es ideal para quienes disfrutan de quesos de personalidad fuerte pero no agresiva.
Quesos de pasta dura
Aquí empieza la parte más intensa del viaje. Los quesos de pasta dura han pasado meses o años madurando. Su textura es firme, en ocasiones con cristales, y sus sabores son profundos, persistentes y, en muchos casos, adictivos.
Son perfectos tanto para disfrutar solos como para rallar o fundir en cocina.

Comté 12 meses
Originario del Jura francés, este queso de leche cruda tiene un sabor equilibrado entre mantequilla, nueces y frutas secas. La versión comté de 12 meses es compleja, pero aún amable. Ideal para comer solo o con una copa de vino blanco con cuerpo.
Gouda 24 meses
Este queso holandés, en su versión envejecida gouda de 24 meses, ofrece una textura crujiente por los cristales de tirosina y un sabor que recuerda al caramelo, la nuez y el toffee. Un auténtico bombazo umami que pide a gritos un buen maridaje con vino tinto o cerveza tostada.
“25 años”
Aunque el nombre puede parecer hiperbólico, este queso representa el extremo del curado: sabores intensos, textura seca y quebradiza, aroma persistente y una personalidad que no deja indiferente. Un trocito del 25 años basta para llenar el paladar durante minutos.
Gran Moravia
Este queso inspirado en los grandes quesos italianos de larga curación se caracteriza por su textura granulosa y su sabor intenso, con notas a nuez y un fondo salino que lo hace adictivo. El Gran Moravia es perfecto para rallar, cortar en lascas o acompañar con vinos tintos robustos. Su cuerpo y persistencia lo convierten en un indispensable de la cocina y de cualquier tabla de vigor.
Piave
Procedente del Véneto italiano, el Piave es un queso firme, compacto y de sabor dulce en su juventud, que se vuelve más intenso y picante conforme madura. Su textura permite cortarlo en lascas perfectas y su característico aroma a frutos secos lo convierte en una alternativa más amable al Parmigiano para quienes buscan potencia controlada.
Cantal
Con más de 2.000 años de historia, el Cantal es uno de los quesos más antiguos de Francia. De pasta firme y ligeramente quebradiza, su sabor varía según su maduración: desde notas lácticas suaves en su versión joven hasta matices más picantes, a heno y mantequilla tostada en su versión vieja. Es un queso de carácter rotundo y rústico.
Cheddar
El Cheddar, especialmente cuando está madurado, ofrece un sabor profundo, con notas a mantequilla, caramelo salado y un punto picante. Su textura firme y algo desmenuzable lo convierte en uno de los quesos más versátiles del mundo, perfecto en tablas, hamburguesas, gratinados o simplemente solo.
Leicestershire
Este queso inglés destaca por su color anaranjado y su textura firme pero flexible. Su sabor es suave, con un toque lácteo y a nuez que lo hace ideal para quienes quieren algo sabroso pero nada agresivo. Es perfecto para sandwiches gourmets y tablas variadas.
Maasdam
El Maasdam, con sus icónicos agujeros, es un queso holandés dulce, afrutado y sorprendentemente aromático. Su textura semidura pero elástica lo hace ideal para fundir y para bocadillos calientes. Tiene un punto mantecoso encantador.
Tronchón
Queso tradicional del este de España, con forma peculiar y sabor que combina notas lácticas, herbáceas y un leve picante según su curación. Su textura compacta lo hace perfecto para cortar en cuñas limpias. Es un queso rústico y auténtico.
Mahón
El Mahón es uno de los quesos más reconocibles de España. Dependiendo de su curación, puede ser tierno, semicurado o curado, pero siempre mantiene notas salinas debido al viento marino que baña Menorca. Sus aromas pueden recordar a mantequilla, yogur, frutos secos y especias.
Roncal
El Roncal, primer queso español en obtener la D.O.P., es firme, elegante y con un sabor intenso pero equilibrado. Notas a mantequilla, hierbas secas y un final ligeramente picante lo hacen perfecto para amantes de quesos contundentes.
Provolone (curado)
En su versión madura, el Provolone ofrece textura firme y un sabor profundo, con un punto picante característico. Es excelente para gratinar, cocinar o comer con embutidos fuertes.
Quesos azules
No aptos para tímidos, los quesos azules destacan por su moho comestible que atraviesa la masa, creando vetas de sabor salino, picante o incluso metálico.
Son quesos que polarizan: o los amas o aún no los has entendido bien. Son el broche final de cualquier tabla con aspiraciones y maridan de lujo con vinos dulces, higos, miel o nueces.

Roquefort Papillon Sur Souzon
Considerado por muchos el “rey de los azules”, este queso de oveja es potente, cremoso y ligeramente húmedo. Sus vetas azules están equilibradas por una base láctica rica. Tradicionalmente se acompaña de pan crujiente y algo dulce para contrarrestar su potencia.
Carré d’ Aurillac Bleu
La variante azul del Carré ofrece un equilibrio excepcional entre contundencia y cremosidad. Su sabor es menos agresivo que el Roquefort, con matices herbáceos y un toque picante al final. Ideal para quienes quieren iniciarse en los quesos azules.
Gorgonzola Dolce
El “dulce” del nombre no es casual: es un azul suave, cremoso y muy untuoso. Su sabor es más amable, con notas lácticas y un punto dulce que lo hacen perfecto para salsas, pizzas o disfrutar sobre pan caliente.
Himmerlands Blue
Típico de Dinamarca, este azul tiene textura cremosa y sabor potente pero equilibrado. Tiene un punto lácteo más pronunciado que otros azules, lo que lo hace menos agresivo y muy versátil.
Quesos de cabra y otros estilos especiales
Los quesos de cabra tienen un sabor inconfundible: ácido, fresco, a veces terroso. Son ligeros en grasa, intensos en carácter y su variedad es infinita. Además, hay estilos especiales que combinan ahumados, maduración particular o cortezas lavadas, ideales para quien busca nuevas experiencias.

Ovejero ahumado
El ovejero ahumado, como su nombre indica, combina la intensidad de la leche de oveja con el aroma profundo del ahumado. Su sabor es redondo, ligeramente dulce y persistente. Es perfecto para tablas otoñales, bocadillos gourmet o incluso como ingrediente estrella en una ensalada templada.
Taleggio
Procedente de Italia, el queso Taleggio con su corteza lavada sorprende por su contraste: por fuera es aromático y potente, pero por dentro es suave y cremoso. Ideal para untar sobre pan caliente o acompañar con mostaza antigua y encurtidos.
Mexicana
Un queso cheddar curado aderezado con pimiento jalapeño, chile rojo molido y otras especias. Su aroma es vibrante y su sabor combina la frescura del queso con el picante del condimento. Es ideal para quienes buscan un queso atrevido.
Scamorza Affumicata
Queso italiano con forma de pera, ligeramente seco y con un característico sabor ahumado conseguido mediante un proceso tradicional. La textura del Scamorza Affumicata es firme pero elástica y funde de maravilla, lo que lo hace perfecto para platos calientes.
San Simón da Costa
Queso gallego ahumado con madera de abedul. Su pasta es semidura, suave y mantequillosa, mientras que la corteza aporta un aroma ahumado elegante. San Simón da Costa es un queso equilibrado y muy versátil.
Manchego ahumado
Variante del manchego que suma un toque ahumado seductor. Sus notas salinas se combinan con aromas tostados, creando un queso intenso pero armonioso.
Manchego trufa
El manchego infusionado con trufa negra es pura elegancia: aromas profundos, textura firme y un sabor envolvente que combina los matices lácticos del manchego con el toque irresistible de la trufa.
Raclette
Queso pensado para fundir. Su aroma es potente, su textura fundida es sedosa, y su sabor combina notas lácticas, afrutadas y ligeramente ahumadas. El raclette es ideal para compartir en comidas informales.
Marrakech
Queso aromático y especiado, que suele incorporar hierbas y especias cálidas, además de un toque de albaricoque. Su sabor es exótico, intenso y sorprendente, perfecto para quienes buscan algo fuera de lo habitual.
Brunost
Queso marrón noruego que recuerda al dulce de leche sólido. Elaborado con una mezcla de leche de vaca y cabra, tiene un sabor dulce, con notas de caramelo y un punto salino. Totalmente diferente a cualquier queso europeo tradicional y una delicia curiosa para los más exploradores.
Conclusión: diferentes tipos de queso para cada tipo de persona
El queso es mucho más que un alimento: es historia, cultura, artesanía y placer. Cada variedad es un mundo y cada bocado puede transportarte a una región distinta. Desde la suavidad de un queso fresco hasta la complejidad de un azul curado, hay un universo por explorar y disfrutar.
Si te dejas llevar, seguro que encuentras el queso que te representa, el que te emociona, el que siempre quieres tener en casa. Y si tienes dudas… mejor probarlos todos.
Preguntas frecuentes sobre los tipos de queso
¿Cuántos tipos de queso existen?
Existen cientos de tipos de queso en todo el mundo, pero suelen clasificarse en 6 grandes grupos: frescos, de pasta blanda, de pasta dura, azules, de cabra y ahumados o especiales.
¿Qué diferencia hay entre queso de cabra, oveja y vaca?
La leche marca el carácter: la de vaca es más suave, la de oveja más grasa y dulzona, y la de cabra más ácida y aromática. Cada una aporta un perfil diferente que influye tanto en sabor como en textura.
¿Qué tipos de queso son más suaves para empezar?
Los quesos frescos como la tetilla, el queso de Burgos o el mozzarella son perfectos para paladares novatos. También los de pasta blanda como el brie o el camembert joven ofrecen una buena entrada sin ser demasiado intensos.
¿Qué tipos de queso se funden mejor?
Los quesos como la raclette, scamorza, provolone, fontina o el cheddar funden de maravilla por su equilibrio de humedad y grasa. Son ideales para gratinados, fondues o bocadillos calientes.
¿Se pueden mezclar diferentes tipos de queso en una tabla?
Sí, de hecho es lo ideal. Combinar varios tipos de queso (suaves, curados, de cabra, azules…) crea una experiencia más completa. La clave está en el equilibrio de texturas y sabores, y en acompañarlos con pan, fruta, frutos secos o mermeladas.